Jesús Cascón
A mediados del pasado mes de noviembre se celebraba la Asamblea de la Agrupación Bejarana en la que se procedió a la reelección de Cipriano González como nuevo Secretario General de esa formación política.
Ese día con la presencia en Béjar, de Fernando Pablos, la tensión ya comenzaba a notarse entre los asistentes. Por un lado algunos de los asistentes me cuentan, que Cipri harto de las críticas que se venían produciendo por un amplio sector del partido hacia su gestión en el Ayuntamiento, se resistió en un principio a aceptar su continuidad al frente de la secretaria general. Me dicen que hubo que echar toda la carne en el asador para convencerle, incluso las malas lenguas, comentan que Pablos tuvo que realizarle alguna que otra promesa de cara al futuro del alcalde en unas próximas elecciones autonómicas. No es ningún secreto que las miras de este alcalde están por el momento puestas en formar parte de las listas del PSOE en las próximas elecciones autonómicas. Aunque eso pase por desbancar de las mismas a su compañera Ana Muñoz de la Peña, a quien le cedería la tarea de encabezar a su vez las listas del PSOE al Ayuntamiento bejarano.
Promesa incumplida
Pasado el primer susto, ese día y con Pablos de testigo, se daba a conocer la lista de los integrantes de la nueva Ejecutiva. Entre sus componentes, llamaba la atención la incorporación de Ramón Hernández. El que fuera durante los últimos años portazoz socialista en el Ayuntamiento, aceptaba finalmente formar parte de la nueva ejecutiva. Su puesto como simple vocal, venía a suponer todo un varapalo para Ramón, quien contaba hasta ese momento con la promesa dada por el propio Cipriano para ocupar una Vicesecretaria General. Les puedo asegurar que si hubiera sido por Ramón ese mismo día ya habría presentado su renuncia a la vocalía ofrecida. Pero tras el numerito de González resistiéndose a aceptar su reelección hubiera significado todo un desaire para Fernando Pablos.
Una foto para la galería
Las primeras palabras, y la primera foto de ambos ante la prensa no podían ser más ilustrativas. En la instantánea resaltada por los medios provinciales Cipriano, Ramón y el bueno de Miguel Miñana, oficializaban la que debería haber sido la nueva imagen del socialismo bejarano. Y las primeras palabras de Cipri hacia Ramón, sonaron más como un mero formalismo que como una verdadera declaración de principios. Observando la expresión del “hijo pródigo” en la foto de familia, uno podía ya intuir el malestar de Ramón ante el incumplimiento de la promesa dada y la decepción por que la Vicesecretaría prometida se hubiera convertido en una simple vocalía dentro de la nueva ejecutiva.
Segundo acto
El segundo acto de esta tragicomedia, tuvo lugar a primeros de diciembre. Ese día Cipriano González convocaba por primera vez a su nueva ejecutiva, y ese día, cuando aún no había transcurridos ni quince días de su nombramiento, Ramón Hernández sorprendía a propios y extraños al presentar su dimisión y su decisión de abandonar su puesto de la ejecutiva. Ni que decir tiene que la sorpresa entre los asistentes fue manifiesta, ya que ninguno de los compañeros de ejecutiva, salvo alguna que otra excepción, no se esperaban una decisión como la tomada por el exportavoz y una de las voces más cualificadas, por no decir la más cualificada, del partido socialista en Béjar.
Parada en un primer momento
Pasados los primeros momentos, me cuentan que el resto de compañeros asistentes ese día a la Ejecutiva lograban hacer recapacitar a Ramón y que este desistiera finalmente de sus intenciones de darles calabaza, a las primeras de cambio a González. Sin embargo por lo que iba a suceder días después demuestra que una vez alejado Ramón Hernández de las presiones de sus compañeros iba en serio, y que su primera decisión no era producto de una rabieta como algunos compañeros cercanos al alcalde manifestaron a este periódico. Según estos ese intento de dimisión se habría debido a una rabieta por no habérsele ofrecido la vicesecretaría prometida.
Apelando a los motivos personales
La razones como siempre en estos casos (cuando los políticos tendrán el coraje y el valor de decirnos la verdad alguna vez), no podían ser otros que los meramente personales. Vamos que uno acepta un cargo quince días antes y después pasado ese tiempo los ”motivos personales” le impiden continuar con el puesto aceptado… Sin embargo algo debió ocurrir entre la celebración de la primera ejecutiva y los días posteriores a su celebración para que apenas una semana después Ramón Hernández hiciese efectiva su dimisión y abandonar con ello la Ejecutiva del partido.
En primicia
La noticia dada en primicia por Bejarnoticias supuso toda una sorpresa para toda la clase política bejarana, y para la mayoría de sus compañeros. Unos compañeros que a día de hoy aún continúan preguntándose sobre que poderosas razones han hecho que el que fuera uno de los mejores secretarios que el partido ha tenido el partido decidiese abandonar la ejecutiva y con ello haciéndole un desaire, y vaya desaire, al Alcalde y secretario general.
Buscando culpables
Se acepten o no las razones personales, como las únicas válidas para explicar esta decisión, la verdad es que esta decisión viene a trastocar la operación diseñada por Cipriano González ala hora de vender el exterior una imagen de unidad dentro del partido. Un partido que a todas luces va a la deriva y sin rumbo fijo. Con un secretario general al frente cansado y sin ideas, y sobre todo, y esto es lo más grave, sin el coraje suficiente para poder enderezar la nave que le ha tocado dirigir. Un secretario que sólo ve fantasmas donde no los hay, y que no tiene rubor alguno cuando reiteradamente en los últimos días ha venido acusando y culpando a Ramón de las filtraciones que según él han originado los últimos artículos y informaciones publicadas en Bejarnoticias, como si no supiera bien Cipri que el “enemigo” lo tiene más cerca de lo que él se cree.
Enderezar el rumbo
Ahora tras la decisión de Ramón, en Salamanca y Valladolid deberían empezar a tomar cartas en el asunto, y poner todo su empeño para evitar lo que empieza a resultar inevitable a día de hoy y que ya lo hemos adelantado en este medio con la publicación del sondeo en el que según los encuestados a día de hoy, de celebrarse una nuevas elecciones municipales, la alcaldía que tanto costó recuperar tras doce años de gobierno popular, se perdería de forma estrepitosa a manos de Alejo y del PP.
Un antes y un después
Hasta aquí la cronología de esta dimisión. Una dimisión que a buen seguro supondrá un antes y un después, y es que como manifestaba un insigne político de la transición “las cosa en políticas tienen que estar y presentarse muy mal para que puedan empezar a mejorar…” Y peor, la verdad sea dicha, no pueden estar las cosas dentro del socialismo bejarano. Ahora sólo falta que quien debe y tenga que tomar las decisiones para enderezar el rumbo lo haga con mano firme y deje de mirar lo que se pueda decir y recomendar desde Madrid, más concretamente desde la sede que hoy ocupa el que fuera Ministro de Trabajo nuestro paisano Jesús Caldera.