Miles de personas de Castilla y León y otras autonomías han desafiado a la lluvia y han partido en manifestación por las calles de Valladolid, para urgir a Renault a que adjudique un nuevo modelo de automóvil a la Comunidad, donde las tres plantas de la firma emplean a 8.968 trabajadores.
Agencias.- Más carga de trabajo a través de la prometida adjudicación de un nuevo modelo a la factoría de montaje de Renault en Valladolid. La principal petición de trabajadores, sindicatos, partidos políticos, organizaciones sociales, económicas y vecinales fue respaldada ayer de forma multitudinaria. «A pesar del día», como subrayó el secretario general de UGT en Castilla y León, Agustín Prieto, la manifestación fue considerada por la organización un «éxito»; «mayor que el de la anterior concentración, en noviembre de 2005, cuando salieron a la calle unas 20.000 personas con similares peticiones».
Tampoco esta vez faltó el habitual baile de cifras en cuanto a los asistentes: entre 8.000 y 10.000 en un principio, según la Policía Nacional; 16.000 en la estimación de la Subdelegación de Gobierno, y más de 25.000 para los sindicatos convocantes.
La recurrente lluvia de la jornada respetó la concentración desde su salida hasta la lectura final del manifiesto, lo que permitió que la gente no se desanimase, pese a que sólo media hora antes de la hora de inicio llegó a caer granizo en la ciudad.
«El toque de atención a la multinacional» recorrió durante una hora parte del centro vallisoletano con el propósito expreso de exigir que Renault cumpla su palabra. Para que «ponga un coche tradicional ya», remarcó Prieto, quien reclamó a la Junta de Castilla y León «fondos adicionales» a los que ha anunciado el Gobierno central.
A la petición rotunda de que no se hipoteque el futuro de la factoría vallisoletana al coche eléctrico se sumó el secretario regional de UGT, Ángel Hernández. «Lo que tiene que hacer Renault es no andar vendiendo el coche eléctrico por todas las comunidades de este país y traer un producto convencional a la planta de Montaje… Y en 2011 ya veremos si hay que hacer coches eléctricos o no, pero tiene que cumplir el compromiso adquirido en el convenio colectivo, en el anterior expediente de regulación de empleo y por el que ha tenido cuantiosas subvenciones de la administración regional», sentenció.
La empresa acordó con los representantes de los trabajadores en febrero de este año que la planta vallisoletana fabricaría ese nuevo vehículo, un aspecto en el que hizo hincapié antes de iniciarse la marcha el secretario regional de UGT, convencido de que «Renault tiene futuro lo ha tenido siempre».
Las negociaciones del Gobierno francés con Renault han arrancado la promesa de construir dos modelos en el país vecino y, al tiempo, han sembrado las dudas en cuanto al futuro de la actividad en Valladolid y Palencia, además de «quebrar» el proyecto industrial previsto en la Castilla y León. Hernández aseguró que la manifestación de ayer es sólo el principio. El final de las peticiones de los trabajadores no llegará hasta que se consiga recuperar «la carga de trabajo» de la planta vallisoletana «para seguir siendo un centro productivo».
Los representantes sindicales presidieron la manifestación bajo el lema repetido de «Más carga de trabajo en Renault y auxiliares. Por la defensa del empleo en Castilla y León». A su lado, el respaldo de compañeros del ámbito nacional. Como el secretario general de la Federación Minero–Metalúrgica de Comisiones, Felipe López, quien se sumó a la petición del vehículo convencional y aseguró que, tras el acuerdo alcanzado la pasada semana en Nissan, la prioridad es «garantizar la viabilidad de Renault con productos de futuro». El responsable nacional de Automoción Federal de UGT, Rogelio Mena, insistió en pedir que se hagan realidad las promesas de la firma y advirtió que la administración no puede aprobar un ERE «que no lleve aparejado un plan industrial con la garantía del futuro de la planta».
El secretario de CC OO de Renault en el ámbito nacional, Joaquín Arias, destacó la presencia de representantes del Comité Europeo de Nissan y de la propia Renault, así como compañeros de la CGT francesa.
En segundo plano se situaron los representantes políticos que secundaron la reivindicación, entre ellos el todavía coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien se apuntó a la reclamación generalizada del cumplimiento de los compromisos adquiridos por la multinacional: «El cumplimiento del compromiso del nuevo modelo, del mantenimiento del empleo y de las inversiones industriales».
En la misma línea de la marcha se situó el secretario regional del PSOE, Óscar López, quien valoró la manifestación como signo de «la unidad de toda la sociedad castellana y leonesa en defensa del empleo, especialmente en la industria automovilísitica». Ésta, dijo, «no es un industria cualquiera, sino que es muy importante y allí donde se instala genera puestos de trabajo, riqueza, industria auxiliar y eleva el nivel de vida». El máximo responsable socialista en Castilla y León defendió las ayudas públicas, «pero a cambio de mantener el empleo». «No son ayudas porque sí», sentenció como lo haría también Gaspar Llamazares.
Ausente en la manifestación, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, recordó desde el congreso provincial del PP a los trabajadores de Renault y al Gobierno central que no están solos ni en su reivindicación de más carga de trabajo ni en su responsabilidad «de liderar» la respuesta ante la crisis, informó Efe.
En representación de ese partido acudió la vicesecretaria de Asuntos Sectoriales y alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, quien en nombre de la dirección regional del PP regional aseguró que el de ayer era «un día para escuchar a la sociedad, no sólo a los trabajadores de Renault y a los sindicatos». Valdeón reiteró «el compromiso de la Junta de Castilla y León, que está apostando firmemente por mantener el empleo en Renault».
La manifestación partió pasadas las 18.15 horas desde la plaza de Colón al ritmo de los versos de Mario Benedetti Vamos juntos, cantados por Luis Pastor en la megafonía, y transcurrió sin incidentes.
A las siete de la tarde llegó la cabeza de la marcha a su destino final, la plaza de la Universidad, donde la atleta Mayte Martínez leyó el manifiesto consensuado por los sindicatos convocantes, UGT y CC OO, y contó con una larga lista de adhesiones que demuestran el amplio respaldo a la antigua Fasa entre la sociedad vallisoletana. La deportista tuvo que demostrar, que además de buenas piernas, puede presumir de buena voz. El equipo de sonido falló por la lluvia y se recurrió con éxito a la megafonía de un vehículo.