Las mujeres ganarán peso en las decisiones importantes de la Usal

sábado 13 de diciembre de 2008 00:33 Director

La nueva directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Salamanca, Soledad Murillo, remarcó en su presentación oficial en el cargo que el grupo de trabajo que dirige “estará presente” en aquellos lugares de la institución académica “donde se tomen decisiones, se compartan situaciones y se emprendan nuevos cambios”.

TRBNA.- La ex secretaria general de Políticas de Igualdad mencionó entre los retos de la Unidad la discusión de los Estatutos de la Universidad de Salamanca y el proceso de Bolonia, “en los que participaremos siempre para la mejora y el asesoramiento”, aclaró. En este sentido, Murillo afirmó que “para que los cambios sean eficaces deben ser muy consistentes y para ello es importantísimo convalidar las decisiones”.

En todo caso, hizo hincapié en que la Unidad de Igualdad “no pretende en absoluto actuar como si fuera una unidad de vigilancia intensiva o una unidad policial, sino para aprovechar el talento de toda la organización”, con el objetivo de “afianzar la calidad y el criterio de excelencia científica”.

Soledad Murillo compareció acompañada por el rector Alonso, la vicerrectora de Calidad y los miembros de la Comisión de Igualdad, a la que quiere “mantener y ampliar si fuera necesario”. A este respecto, recordó que la igualdad “se entiende como democratización de las instituciones, no como un asunto de mujeres”, e insistió en que “es muy transversal, lo que significa sumar esfuerzos”.

Por su parte, José Ramón Alonso resaltó que la presentación de la profesora Murillo como directora de la Unidad de Igualdad “es parte de un camino que incumbe y es responsabilidad de toda la institución”, porque “no podemos desaprovechar el potencial del 51,8% de la población, un porcentaje aún mayor en nuestro alumnado”. Sobre la Unidad afirmó que “no queremos que sea un envoltorio hueco sino una estructura que rinda cuentas a la comunidad universitaria”. Alonso espera que se produzcan “avances lentos pero inapelables” hasta que “nos podamos sentir orgullosos”, aunque reconoció que “ése no es el caso todavía”.