A Arriola se le ha acabado el chollo

Su máxima: ponerse de perfil. El «arriolismo» ha sido el eje del giro de Mariano Rajoy a su política de oposición. Pero los días pasan y los frutos no terminan de recogerse. Y esto ha hecho encender todas las alarmas en el PP.

PD. Su máxima: ponerse de perfil. El «arriolismo» ha sido el eje del giro de Mariano Rajoy a su política de oposición. Pero los días pasan y los frutos no terminan de recogerse. Y esto ha hecho encender todas las alarmas en el PP. Oídos sordos a Pedro Arriola y volver a hacer oposición en temas espinosos, -la defensa del castellano, inmigración e incluso terrorismo- ha venido a decir a los suyos Mariano Rajoy. ¿El fin de Arriola?

Trabaja en la sombra, y su tarea ha sido decisiva en los últimos años en el PP. Dicen las malas lenguas que si no es él quien manda en el PP, actúa como si así fuera. Aseguran las voces alarmadas que se comporta con la seguridad de un virrey, el descaro de un trilero y el cinismo de un vendedor de humo, capaz de defender una postura y su contraria con idéntica elocuencia, al albur de los vaivenes de la demoscopia. Pero se le podría haber acabado la bicoca.

No obstante, las encuestas podrían empezar a pasarle factura a Pedro Arriola (Sevilla, 1948) -asesor de Mariano Rajoy y marido de la ex ministra de Sanidad, Celia Villalobos.

Si hace ya tiempo Isabel San Sebastián lo calificaba en El Mundo de «siniestro personaje» que «no da un paso sin cobrar». César Alonso de los Ríos, preguntado por Periodista Digital sobre si «¿podríamos decir que ha vencido el «arriolismo»?», el prestigiosa analista aseguraba:

Si identificamos las posturas de Pedro Arriola con un cierto relativismo ideológico y político, sí. Creo que eso de no tomarse en serio los principios y los valores, es una posición que se identifica con Pedro Arriola. No le conozco mucho, pero me parece que encarna un poco la identificación con un centro que intenta limar asperezas y tensiones ideológicas.

Lo cierto es que la política actual de Mariano Rajoy, que lleva la marca de su bien pagado asesor, el sociólogo Pedro Arriola, consiste en evitar los asuntos más incómodos que puedan poner en riesgo el giro centrista al que el PP se ha empeñado en cuerpo y alma desde la derrota electoral del mes de marzo.

EL PP NO DESPEGA

Centrada la oposición en la economía, poniendo el partido con los brazos extendidos a la espera de que el fruto maduro caiga solo, los dirigentes del Partido Popular han comenzado a mostrar preocupación porque la labor no termina de dar resultados.

Con una situación económica pésima, con los millones de parados agolpándose en las filas del Inem, con una nacionalismo más encendido que nunca, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no sufre casi desgaste, según estas encuestas.

De ahí que el Partido Popular ha decidido extender su campo de acción como oposición y poner el acento en asuntos controvertidos, que reaniman a su electorado que aún no ha digerido la nueva andadura y que, sobre todo, abren el foco para que la crisis económica no monopolice toda su actuación. Los populares buscan así llevar la iniciativa y marcar el paso al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, según informa Eloísa Sánchez Bolinaga en El Semanal Digital.

El PP ha optado de esta manera por cambiar su estrategia de forma que, además de criticar la actuación del Ejecutivo ante el chaparrón económico, recuperará otros asuntos estrella de la pasada Legislatura, tales como la inmigración, la defensa del castellano o la política antiterrorista. Esto último ya ha comenzado a vislumbrarse estos días con la exigencia al presidente José Luis Rodríguez Zapatero de que disuelva de manera inmediata los ayuntamientos gobernados por la ilegalizada ANV.