Moncloa aprobó el fichaje de Eduardo Zaplana como ‘delegado’ de Telefónica
E.C/30-4-08
No había objeciones a su fichaje. Eduardo Zaplana, desde ayer nuevo y flamante delegado de Telefónica para Europa, tenía cubierto todos los flancos políticos para realizar con garantías su salto al mundo de la empresa privada. El ex dirigente del Partido Popular convino su incorporación a la primera multinacional española con Javier de Paz, consejero de la operadora desde el pasado mes de diciembre y hombre de absoluta confianza del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, antes de que se diera curso oficial a su nombramiento. Desde Moncloa, sin embargo, afirmaron ayer a este diario no estar informados de este nombramiento.
Según fuentes próximas al ex ministro, Zaplana mantuvo recientemente un encuentro con De Paz para obtener el visto bueno monclovita a su llegada a Telefónica, después de haber aceptado la oferta del presidente de la operadora, César Alierta, para que se incorporara como delegado de la compañía en Europa. El trato se sustanció en las últimas dos semanas, después de que el alicantino decidiera poner punto y final a su carrera política tras quedar apartado de los cargos de responsabilidad del nuevo Partido Popular configurado por Mariano Rajoy.
“En efecto, se trata de un cargo de nueva creación, al que habrá que dotar de responsabilidades”, aseguran desde los cuarteles generales de Las Tablas. En todo caso, las funciones tendrán que ver con su ascendente política, teniendo en cuenta sus buenas relaciones dentro del Partido Popular Europeo, al que pertenecen los actuales gobiernos de Francia, Alemania e Italia. “Será una especie de embajador. La compañía está presente en 24 países y el presidente no llega a todos los sitios. En cualquier caso, no se hubiera realizado el fichaje si no tuviera algún tipo de utilidad”.
Al contrario que en otros casos, Zaplana no ha tenido que guardar ningún periodo de carencia por posibles incompatibilidades, aunque su desembarco en Telefónica pueda tener objeciones de orden estético. Objeciones similares a las que hubo el pasado mes de diciembre cuando Alierta, en un ejercicio de puro equilibrismo, propuso como consejeros al citado Javier de Paz, ex dirigente socialista, y a Manuel Pizarro, que renunció al cargo cuando aceptó ir como número dos por Madrid en las listas del Partido Popular para las elecciones generales.
Bajo su nuevo uniforme de telefónico, Zaplana volverá a reencontrarse con antiguos protagonistas de la arena política, como fuera su compañero de Gobierno, el ex secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timmermans, que tras un breve periplo por EEUU ha regresado a España para desempeñar nuevas responsabilidades dentro de la compañía. “No por haber sido políticos tienen que ir al paro”, explicaba ayer a este diario un alto ejecutivo de una multinacional, “aunque es cierto que ninguno vuelve a dar clases como Julio Anguita”.
Los fichajes ‘políticos’ de Alierta
A lo largo de sus ocho años de mandato, Alierta ha ido incorporando a la operadora, a través de consejos de distinta índole, a antiguos cargos públicos o institucionales, como Narcís Serra (ex ministro socialista), José Rodríguez de la Borbolla (ex presidente de la Junta de Andalucía), Fernando Almansa (ex jefe de la Casa Real) o Iñaki Urdangarín (duque consorte), así como directivos con clara filiación política, caso de Francisco Serrano (hermano del jefe de gabinete de Zapatero) o Javier Nadal (ex delegado del Gobierno en Telefónica).
La dimensión internacional de Telefónica hace que la nómina de antiguos políticos no se reduzca a las fronteras españolas. En su filial de México, por ejemplo, la operadora nombró presidente al ex titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, mientras que el pasado mes de diciembre, el brasileño Luiz Fernando Furlán, también ex responsable de Economía en el Gobierno de Lula, fue incorporado como nuevo vocal del consejo de administración de la matriz.
Según fuentes del sector, el carácter de negocio regulado que tiene el mercado de las telecomunicaciones hace natural que antiguos cargos políticos tengan acomodo en las estructuras directivas de estas compañías. “Indudablemente, se les ficha por su capacidad de influencia, de abrir puertas”, explican desde otra operadora. “Son algo más que asesores o representantes, aunque su utilidad es un intangible. Es un papel equivalente al que pueden representar Felipe González en Telmex o Gerhard Schroeder en Gazprom”.