Villalba se define como «un modesto aficionado a la política» en su adiós como portavoz del PSOE
JLM/30-4-08
Cinco años como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista dan para mucho y ayer Ángel Villalba los resumió en pocos minutos y no se dejó nada en el tintero. La pregunta del hasta ayer portavoz socialista al presidente de la Junta en el pleno de las Cortes pasó de la habitual crítica mordiente de la oposición a un emotivo adiós como líder de su grupo en el Parlamento. Ahora pasa los trastos a Francisco Ramos y poco a poco irá abandonando la escena política para, como ya dijo, «no estorbar» al candidato a sucederle, Óscar López.Villalba apuró los últimos minutos de su intervención para despedirse de la Cámara legislativa, agradeciendo, en primer lugar, la «paciencia y la amabilidad» del presidente de las Cortes, José Manuel Fernández Santiago, pero, sobre todo, los principales elogios se los dirigió al que ha sido su contrincante político durante dos elecciones consecutivas, Juan Vicente Herrera. «Le agradezco el tono y los compromisos y planteamientos que se han mantenido en todos los debates y ha sido un honor intervenir con usted y no contra usted», aseguró dirigiendo su mirada al presidente regional, al que calificó de «parlamentario de oficio y un orador reconocido».
Sin vocación ya de líder y con una humildad inhabitual en un político, el todavía secretario regional del PSOE contrapuso los halagos a Herrera con sigo mismo: «Soy un modesto aficionado, con vocación tardía para la política autonómica y lo he hecho lo mejor que he podido». Eso sí, recordó que ha tenido «muchas dificultades» en el camino no ya «para vencer sino para empatar». Del hemiciclo no se fue nadie sin un guiño. Hasta los leonesistas, con quienes el PSOE no mantiene últimamente buenas relaciones, tuvieron su lugar en el último discurso de Villalba, al igual que los populares, a los que agradeció su «cortesía y amabilidad» especialmente en los pasillos del Parlamento. Más emotivo y emocionado se dirigió a los suyos, a los socialistas: «He recibido más apoyo de mi grupo que el que merecía y lamento haber sido menos útil y haber dado menos respuesta de las que ellos merecían por su calidad y por su trabajo».
«Sensación triste» del presidente
La respuesta de los bancos de enfrente no se hizo esperar y el presidente de la Junta alzó la bandera blanca para hacerle también su pequeño homenaje. «Es una sensación agridulce, pero es una sensación triste». Así resumió Herrera su sentimiento ante esta despedida y destacó algunas virtudes del socialista como su«disposición y servicio a la Comunidad». Por todo ello, en nombre de Castilla y León le dio reiteradamente las «gracias sin reservas» por este tiempo de «encuentro y desencuentros» y le deseo lo mejor en su nuevo destino. Fue aquí donde Herrera se tomó la licencia de bromear con su inminente cargo al frente de Feve, al ofrecerle un «regalo» en forma de documento en el que se plasma los convenios en materia ferroviaria entre el Gobierno y la Junta y muy especialmente en los trenes de vía estrecha, donde previsiblemente Villalba trabajará a partir de ahora. «Le deseo éxito y felicidad en lo político y en lo personal», concluyó Herrera en su último «cara a cara» con Villalba en las Cortes.