La trampa de los avales

Génova hace frente a las críticas a la recogida de avales para Rajoy
El aparato del PP destapó la caja de los truenos y recogió tempestades en forma de sonoras expresiones de descontento. De ahí que su primera reacción sea el pasmo. 
E.S.D/1-5-08
Un refrán castellano asegura que lo que mal empieza, mal acaba. La recogida de avales de los compromisarios al congreso del Partido Popular a celebrar en Valencia en junio se ha convertido en un asunto recurrente entre diputados, cargos territoriales y bases del partido. Desde todos los rincones de la geografía española se han multiplicado las voces críticas hacia el aparato por la celeridad con que se ha lanzado a tramitar las solicitudes de firmas a favor de la candidatura de Mariano Rajoy. Unas solicitudes que, tradicionalmente, solamente se han gestionado en puertas de los congresos. No han faltado quienes se han negado a firmar el aval distribuido desde las baronías territoriales con tanta premura para el único candidato en ciernes. Algunos, que han insistido en ocultar su identidad, se han venido quejando de haber recibido los formularios en los minutos siguientes a su elección como compromisarios. Hasta ahora el único candidato es Rajoy y esos apoyos irán destinados a su candidatura. 

Además, los estatutos vigentes impiden que la persona que respalde una lista pueda después cambiar el sentido de su voto si apareciese otra lista alternativa. De esta forma, el líder popular puede llegar a Valencia con un elevado número de avales. Descolocada, la dirección del PP se ha caído del guindo y se ha mostrado sorprendida por la lluvia de pedradas, ya que, según se limitan a remachar fuentes solventes de la calle Génova, «es un trámite contemplado en los estatutos».

Que esa es, para esas fuentes, la madre del cordero. Y lo cierto es que «los avales se pueden reunir una vez que los compromisarios son nombrados como tales». De la misma manera, en la cúpula popular aseguran no entender por qué han empezado a anunciarse enmiendas a la ponencia de estatutos que «ni siquiera ha sido aún redactada», como es el caso de la que planean registrar los aguirristas en el conclave para que el PP emplee el sistema de primarias en la elección del candidato a La Moncloa.

De hecho, inciden, los escritos de las ponencias no se conocerán hasta «el 12 o 13» de mayo, la fecha límite establecida para que los ponentes entreguen sus textos al Comité Organizador. Mientras tanto, «estamos haciendo – repiten – todo lo que hay que hacer». Lo que está claro es que Mariano Rajoy va encontrando, uno tras otro, un buen número de obstáculos por culpa de las batallas internas para llegar sobrado al congreso de junio.