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La maestra Aguirre toma la lección a Rajoy
J.C.E

A Esperanza Aguirre le ha invitado el diario ABC a tomar en el Casino de Madrid timbal de verduras con langostinos y corvina con patatas para ver si se desmelenaba y hacía saltar la liebre de su candidatura al Congreso del PP, pero la lideresa, que tiene muchos tiros pegados, se ha limitado a mantener la incertidumbre y, de paso, le ha dado a Rajoy un repaso y algunos recaditos.

Todo ello se producía ante la atenta mirada del presidente del PP, quien recibía desde la primera fila una lección de lo que es el liberalismo en estado puro: apoyar la cadena perpetua y poner dinero de los contribuyentes para que la empresa que gestiona las Ventas traiga a torear a José Tomás a precios ‘populares’.

Además de Rajoy escuchaban a la presidenta un ‘todo Madrid’ cada vez más reducido que se daba un aire al viejo palco del Bernabéu, en el que subsisten el constructor Florentino Pérez, gran admirador de Gallardón y de sus obras (públicas), el naviero Fefé Fernández Tapias y el inmobiliario Fernando Martín (Martinsa), además del presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, al que la idea de Aguirre de dejar que los grandes centros comerciales abran cuando les plazca le parece grandiosa.

Aguirre ha explicado a la concurrencia que, “a fecha de hoy”, no entra en sus planes competir con Rajoy por el sillón de la séptima planta de Génova, aunque no lo descarta, algo que le viene muy bien para contentar a Ramírez y Losantos -los dos consejeros áulicos que creen que bajo su batuta manaría la leche y la miel para que ellos beban a morro- además de conjurar las tentaciones que pudiera tener el gallego de ningunearla en la renovación o –lo que es peor- promover al alcalde Madrid en su detrimento.

En esto consiste básicamente su estrategia porque, como ha dicho de pasada, cualquier militante pueda presentar una candidatura alternativa, pero para eso hace falta la firma de 600 compromisarios “y si la dirección nacional no está por la labor pues lo tiene un poco difícil, esa es la verdad”. Madrid representa poco más de 200 delegados de los más de 3.000 que participarán en el cónclave de junio.

La presidenta madrileña se ha ensañado elegantemente con Rajoy al tiempo que criticaba al PSOE, y así ha puesto ejemplos de cómo los socialistas se la han metido doblada al PP para hacerle pasar por un partido antipático – “antipathetic party” en palabras de la políglota Aguirre- o, lo que es lo mismo, de cómo Rajoy se ha dejado engañar eludiendo el debate ideológico, aun a sabiendas de que los elevados principios que defienden los populares le hubieran dado la victoria

En concreto ha citado la ley del matrimonio homosexual y la superioridad moral que tendría que haber exhibido el PP, un partido sin ribetes homófobos, que no ha tenido a ningún Largo Caballero que hablara de “invertidos” ni tenía que ocultar actitudes como la del PSUC y su negativa a afiliar a Javier Gil de Biedma –familiar suyo- por su condición de homosexual. Su segundo ejemplo ha sido la ley de la Memoria, en la que el PP, “que no es heredero de ningún partido de la II República ni tiene concomitancias con el franquismo”, no ha sido capaz de transmitir que, con su alegato de mirar hacia el futuro, no trataba de justificar la dictadura.

Aguirre no se resigna a que se presente al PP como un partido retrógrado, ni a que la etiqueten de conservadora “cuando ser liberal es justamente lo contrario”, ni a que la llamen antinacionalista, ni a que para que partido gane las elecciones la izquierda tenga que presentarse dividida o haber una baja participación, ni a que haya que parecerse al PSOE para ser centrista.

“No rechazo la cadena perpetua”, ha afirmado Aguirre mientras pedía un gran debate sobre la Justicia a raíz del ‘caso Mari Luz’ y expresaba su escepticismo sobre la voluntad de los socialistas de no volver a negociar con ETA. “No me lo creo”, ha sentenciado.