Naufragio en Palma
Discreto encuentro del Real Madrid, superado por un buen Mallorca que mereció la victoria. Trejo, Arango e Higuaín firmaron los goles en una noche lluviosa.
Agencias/11-1-08
La Copa se pone algo más seria, no mucho más, tampoco hay que exagerar, los rivales invitan a tener un mayor respeto y entrenadores como Bernd Schuster se olvidan de alinear sólo a los suplentes y no dudan en recurrir a parte de su equipo titular. Lo que ocurre es que las intenciones de los técnicos no siempre se ven acompañadas por el trabajo de sus futbolistas. El Madrid que jugó en Palma fue un ejemplo de ello.Comenzó bien, dominando el partido, imponiendo un ritmo alto. En definitiva, mostró una imagen amenazante para tratar de intimidar al contrario. Pero el rival no se asustó y no tardó en dejar claro que si el Madrid quería la victoria debía luchar con los mismos argumentos que presentaba el Mallorca: fútbol y ganas. Por esos dos motivos debió ganar el equipo que entrena Goyo Manzano.
Apenas tardó 20 minutos en poner a prueba a Dudek, el humano sustituto de Casillas. El polaco no salvó con mala nota el examen. Evitó más de un gol, pero quizá pudo hacer más en el tanto de Arango. Sacó un mano a mano a Víctor y poco después apareció para enviar a córner un disparo con muy mala intención de Fernando Navarro. Nada pudo hacer en el saque de esquina, cuando Trejo aprovechó un despiste de toda la defensa del Madrid para batir a Dudek.
Como en ocasiones el Madrid sólo reacciona a golpes, después de recibir el primer tortazo abrió los ojos y no dejó tiempo al Mallorca para celebrar su tanto. Sacó de centro y el argentino Higuaín finalizó el ataque con un golazo de volea. La primera ocasión clara del Madrid y el primer gol. Así se resumen muchos encuentros del equipo de Schuster.
Recuperado el empate, el Madrid se volvió a relajar y el Mallorca se adueño de forma definitiva del choque. Asumió el mando y no volvió a pasar apuros hasta que a Arango se le ocurrió batir a Dudek. Reaccionó algo el Madrid, pero sin continuidad, con más fuegos artificiales que otra cosa.
Desaparecidos
Apenas aparecieron Guti, Sneijder, Robinho, Raúl y Gago. Demasiado lastre para que el Madrid saliera a flote. Especial mención merece el argentino Gago, a quien la marcha de Diarra a la Copa de África le ha abierto las puertas de la titularidad. Veremos si es capaz de aprovechar esta ocasión que le llega por casualidad, no por sus méritos. En su viaje de Buenos Aires a Madrid se le olvidó meter en la maleta el buen juego que lucía en Boca. Si quiere ser importante en el Madrid debe dar un paso al frente y mostrar sus cualidades sobre el césped.
Superaba el Mallorca al Madrid y cerca de la media hora Dudek cometió un claro penalti a Trejo, un joven argentino con talento y que se come el mundo cuando salta al campo. Lástima que el golpe sufrido contra el guardameta polaco le obligara a irse a los vestuarios antes de tiempo.
La indignación del Mallorca por ese penalti no señalado aumentó cerca del descanso, cuando Míchel Salgado derribó con una perfecta tijera a Borja Valero sobre la línea del área. Delgado Ferreiro se olvidó del punto de penalti y dirigió su dedo índice hacia el córner. Buen partido de Valero, un centrocampista con muchísima calidad.
Ahí se acabó el primer tiempo, pero no el Mallorca, que recuperó el mando en el marcador gracias a Arango, que sorprendió a un Dudek que pudo hacer más. Quiso repetir el Madrid la jugada de la primera parte, pero esta vez Robinho no estuvo tan acertado como Higuaín.
No volvió a aparece el Madrid hasta que Schuster se decidió a mover el banquillo y la ocasión más clara le llegó a Saviola, que se precipitó y no acertó a batir a Moyá, al que fusiló sin éxito desde el borde del área pequeña.
Claro que pudo ser peor si Dudek no hubiera despejado con acierto una perfecta volea de Arango después de un magnífico pase de Basinas en la mejor jugada de la noche.
No estuvo a la altura el Madrid, que perdió por lesión a Balboa, y que lo fió todo al partido de vuelta en el Bernabéu, convertido en un fortín inexpugnable desde la llegada de Schuster. Es lo que tiene este formato de Copa, que permite recuperarse de los errores.