Socialistas en Castilla y León: como pollo sin cabeza
E.S.D/Pedro Vicente/1-11-07
Dice el refrán castellano que donde no hay harina todo es mohina o, lo que es lo mismo, que a perro flaco todo se le vuelven pulgas. Bastante de eso les está ocurriendo a los socialistas de Castilla y León, que no levantan cabeza tras el revolcón sufrido en las pasadas elecciones autonómicas. A diferencia de Rafael Simancas en Madrid, el principal responsable del fracaso, Ángel Villalba, decidió, al igual que Pla en Valencia, mantenerse en el cargo hasta el siguiente congreso regional ordinario, eso sí, a costa de anunciar que en ningún caso optaría a la reelección. Así las cosas, con la anuencia de Pepiño Blanco, que no quería congresos extraordinarios antes de marzo, los socialistas de Castilla y León siguen dirigidos (¿?) por un político ya amortizado, con la credibilidad por los suelos fuera y dentro de sus propias filas. El resultado de ello es la manifiesta pérdida de autoridad de Villalba y el alarmante descontrol en el seno de los socialistas de esta Comunidad.
El último «raquetazo»
Basta repasar algunos acontecimientos recientes para constatar que el PSOE de Castilla y León anda como pollo sin cabeza, como diría John Benjamin Toshack, aquel vividor galés que entrenaba equipos de fútbol durante los ratos libres en que no jugaba al golf.
La asistencia, el pasado domingo, del alcalde socialista de León, Francisco «Raquetas» Fernández, a una manifestación convocada para pedir la segregación del antiguo Reino de León como comunidad autónoma separada ha levantado ronchas entre los socialistas de las demás provincias. La verdad es que la presencia de «Raquetas» en esa movilización leonesista podrá tacharse de oportunista pero no de inconsecuente, toda vez que gobierna en virtud de un pacto con la Unión del Pueblo Leonés que compromete a sus firmantes a promover dicha segregación.
Quien ha tenido realmente difícil explicar la actitud del alcalde ha sido Villalba, quien de hecho ha sido incapaz de hacerlo, mas allá de señalar que dicha presencia se produjo «a título personal».
Cuatro, que son dos y dos
Lo de León se ha producido pocos días después de que los cuatro notables socialistas que forman parte del Consejo Consultivo de Castilla y León no votaran igual en la elección del nuevo presidente de dicha institución. El que fuera presidente de la Junta de Castilla y León, Demetrio Madrid, y el ex diputado Antonio Pérez Solano decidieron abstenerse en protesta por las formas en que se anunció la candidatura de Mario Amilivia, el ex alcalde de León promovido por Juan Vicente Herrera a la presidencia del Consultivo. En la misma votación, el ex secretario regional del PSOE, Jesús Quijano, y el también ex presidente de la Junta, José Constantino Nalda, apoyaron sin rechistar la candidatura de Amilivia. Se ve que, pese a compartir militancia, unos y otros no demandan la misma exigencia en las formas.
La patética debilidad de Villalba tampoco está ayudando nada a conseguir que el alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, mantenga la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias. La Ejecutiva Federal del PSOE decidirá el próximo lunes si Gallego continúa en ese cargo o si es sustituido por el alcalde de Getafe, Pedro Castro, cuya candidatura viene siendo promovida por el nuevo líder de los socialistas madrileños y alcalde de Parla, Tomás Gómez.
El relevo del regidor palentino al frente de la FEMP supondría un claro feo de Zapatero a sus paisanos correligionarios y un duro golpe infligido al conjunto de los socialistas de Castilla y León, para los que Gallego constituye una figura emblemática muy querida tanto por los cuadros dirigentes como por la militancia de base.