Guerra de medios

Rubalcaba avisa a ZP de las «devastadoras» consecuencias de su guerra con PRISA
PD/12-10-07
Zapatero, si PRISA no lo remedia, va a llegar a las elecciones con todos los frentes abiertos. La economía a tumbos, ETA haciendo de las suyas y los grupos mediáticos afines, a golpes. «Fuego amigo», que le llamó Felipe González, y que desde Moncloa, en especial Rubalcaba, ya están avisando de que los daños colaterales de esa guerra pueden ser devastadores. Y no son tiempos para tonterías. Quedan cinco meses.Este 9 de octubre de 2007 la guerra del fútbol, que esconde una descarnada batalla política entre PRISA Y los nuevo amigos de Zapatero, los chicos de Mediapro, sufría un punto de inflexión. Un Juzgado de Madrid obligaba a las partes a volver al escenario de la temporada pasada, lo que suponía una clara victoria, contra todo pronóstico, para el grupo mediático de Polanco.

Parece que la idea de Zapatero de crearse un grupo mediático propio pinta bastos. A cinco meses de las elecciones el Gobierno socialista se planta en frente de un grupo mediático, hasta ahora fiel, poderoso, enraizado en la sociedad, PRISA, y al lado de uno embrionario, pro-zapaterista a conveniencia.

Los últimos disgustos en forma de portada de El País a Moncloa está comenzado a asustar al entorno del presidente, que sigue ensimismado con la empresa que lidera Jaume Roures. Pero el mordisco de Juan Luis Cebrián el pasado miércoles, ante los ojos atónitos del Secretario de Organización del PSOE, José Blanco, criticando la política de medios de comunicación de Zapatero, y avisando de las consecuencias que puede traer en las elecciones generales han encendido las alarmas monclovitas.

Fue en el marco de los desayunos del Foro Nueva Economía donde el Consejero Delegado de PRISA alertó sobre los «brujos visitadores de La Moncloa»:

“Ya no cabe duda de que tenían en la vista una nueva ocupación del espectro financiero y mediático al hilo de su influencia en el entorno del presidente”.

Una conferencia sustancial en la política actual, leída sin saltarse una sola palabra por Cebrián, pensada, meditada, estudiada,… Pronunciada frente a José Blanco, que a su vez estaba flanqueado por los dos Polancos.

¿Alguien se imagina que los propietarios de PRISA, los hijos de Jesús Polanco, no conocían de antemano lo escrito por el Consejero Delegado? Además, ambos, Ignacio Polanco y su hermano quisieron apoyar a Juan Luis Cebrián acudiendo al hotel Ritz a la importantísima conferencia.

Pero, según desvela El Confidencial de Jesús Cacho, la cosa viene de lejos. Ya en agosto hubo una reunión entre Alfredo Pérez-Rubalcaba y Miguel Ángel Barroso, el hombre que sirve de nexo entre Mediapro y Zapatero. Según este confidencial, Rubalcaba habría mostrado su disgusto:

“Vamos a pagar caro lo que está pasando con el grupo Prisa en la guerra del fútbol y creo que tomar partido es un grave error, porque vamos a necesitar muy pronto el apoyo de El País y la SER para las elecciones”.

No obstante, y delante del propio Zapatero, el marido de la primera que probó la medicina de PRISA tras anunciar sus medidas para Vivienda, rebatió el argumeto: «Esto no pude pasar, porque lo que no podría hacer nunca ese grupo es llevar a Rajoy de la mano a La Moncloa; nadie lo entendería; sería un salto en el vacío que volvería locos a sus lectores”.

Zapatero, según el periódico de Jesús Cacho, se habría decantado por las tesis de Barroso.

LOS CLÁSICOS BARONES DEL PSOE AVISAN A ZAPATERO

Además del ya sabido Alfredo Pérez-Rubalcaba, que es el hombre de PRISA en el Gobierno, Felipe González trabaja a marchas forzadas para tratar de recomponer las relaciones entre el Grupo que era de Jesús de Polanco y José Luis Rodríguez Zapatero.

Sonada fue su intervención en el funeral civil, celebrado en el Círculo de Lectores, donde avisaba de las consecuencias devastadoras que podría acarrear el «fuego amigo» entre la empresa de Roures, Contreras, Barroro y compañía y PRISA.

Pero no son los únicos. Según fuentes consultadas por Periodista Digital, otros nombres relevantes, hombres del Gobierno de Zapatero, pero afectos al antiguo socialismo, como Pedro Solbes, están tratando de mediar para recomponer las viejas amistades.

Todos ellos saben que con las cosas de comer -la comunicación- no se juega. Y avisan a Zapatero de que, a cinco meses de las ajustadas elecciones generales, el juego ha terminado.