Vaya siembra Juan Carlos Martin PizarroTendría que mirar la agenda… si no la he tirado… pero creo que fue el 30 ó 31 de mayo cuando celebramos el último pleno al que yo asistí. Fue después de las elecciones, los concejales salientes del PP con la cara demacrada. Fue un pleno sin pena ni gloria pero donde me enteré de las aficiones agrícolas de Alejo Riñones.
Reconoció la derrota, aunque no se la creyera, y dijo que dejaba al PSOE todo bien sembrado para el futuro de Béjar, que solo había que regar. Los siete que entonces nos sentabamos en los bancos de la oposición no sabíamos si reir, ganas teníamos, o llorar de oirle decir eso a alguien como Alejo. Porque aunque no tuvieramos certezas sí sabíamos que en el momento en que levantáramos un poco una esquina de la parcelas sembradas comenzaríamos a ver que las semillas estaban mal puestas, sobre terreno nada adecuado y, además, mal arado el campo. Además la tierra no parecía sana, sino envenenada de electoralismo, afán de protagonismo y fachada ante la realidad. Que el campo no estaba bien sembrado se vió incluso antes, cuando se paralizan las obras de la Cerrallana por orden gubernativa. Evidentemente los abonos no eran los adecuados y el terreno había que haberlo arado en condiciones antes de sembrar porque lo que había crecido no lo había hecho nada bien. Pero cuando pasados un par de meses se empezó a analizar bien el terreno, la forma de ararlo, las semillas, los abonos y los fungicidas y herbicidas que se habían echado hubo que correr, a toda prisa, a buscar otros terrenos ya sembrados para alimentarnos ya que resultó que a lo que salía en la Cerrallana no había quien le hincara el diente. Había que buscar otros sitios donde remojarse en el verano. De un campo mal arado, sembrado y cuidado pasamos a otro, un poco más abajo, relacionado con el anterior: la Glorieta. Aquí no es que se hubiera sembrado, es que solo cogerlo se daba uno cuenta de que ya se había hecho todo mal y la solución podía ser muy complicada. Antes de las elecciones se paró el sembrado pero ahora parece que se vuelve a intentar sembrar, todo ello con el peligro de que lo cosechado en la Cerrallana, encima de todos los problemas, nos salga carísimo. El actual equipo gobernante se encuentra entre dos fuegos y es un sitio en el que el más mínimo error puede ser fatal. Les aconsejo a mis compañeros concejales unas clases intensivas de funambulismo porque no sé yo si este tema no acabará siendo un barrizal de gran tamaño en el que es mejor no caer. El tercer campo es ya el culmen de los despropósitos. El matadero, o los mataderos. El primero fue un desastre gracias a una cabezonería, creo que incluso personal, de Alejo Riñones. El ampliar el mini-matadero hasta los términos en los que está hoy en día fue uno de los mayores errores políticos y personales de este hombre. Algo así al lado de una zona residencial no tiene nombre. Los vecinos protestaron, denunciaron y ganaron. Había que arar de nuevo, sembrar y haber que cosecha salía. Pues de nuevo… el desastre. Menos mal que al menos se sellará el vertedero pronto… Pero no es solo eso, es la falta de previsión a la hora de calcular costes, a la hora de saber que había que hacer, cuando y como. ¿Por dónde se va a entrar?¿El proyecto?¿Habrá problemas para el suministro de agua?¿Cuánto costará la energía eléctrica?¿Y la acometida de gas?¿Cuánto nos va a costar a todos los bejaranos el que un día Alejo Riñones decidiera privatizar la gestión y permitir la ampliación del viejo matadero de Palomares?. Otro sembrado que va a ser complejo de resolver y la cosecha puede salir más cara que lo que sacaríamos en la recolección. ¿Más siembras? Me parece a mi que no voy a adelantar demasiado los acontecimientos pero estoy seguro que de aquí a 2.011 veremos que más cosas sembró mal Alejo Riñones. Hay muchas más cosas que habría que ver como se han sembrado, incluso algunas con cosechas ya recogidas auténticamente desastrosas. Pero no seré yo quien lo adelante. Le corresponde al alcalde, a sus concejales, hacernos saber todo eso que todavía está por ver y que aclararía el por qué está costando arrancar más de lo que se suponía.
De verdad que sigo sin entender por qué presumía este hombre en aquel pleno de lo que había sembrado. Si al final nos íbamos a enterar… Pero el problema ahora lo tiene otro, no sé si cuando asumió la responsabilidad pensaba en la que le esperaba. El problema es como hacerlo bien sin por otro lado meter la pata. Suerte compañero.