Buenas perspectivas

Alarmas económicas
Francisco Muro de Iscar
El presidente Zapatero inauguró el verano con una serie de datos económicos que bien podría haber acabado con un «España va bien», si no fuera por la autoría intelectual de la frase. Y es cierto. Casi todos los datos macroeconómicos presentan un buen balance, con algunas excepciones permanentes, como el déficit de nuestra balanza comercial o el endeudamiento de las familias, por ejemplo. Pero, al margen de eso, no hay más que ver los restaurantes y los bares a reventar, las carreteras colapsadas en fines de semana y en puentes para comprobar que la economía casera tampoco nota ninguna crisis.

Y, sin embargo, los expertos ya están llamando la atención. El golpe mayor ha sido la grave crisis hipotecaria en Estados Unidos. La mayor parte de los analistas españoles han descartado que eso pudiera pasar en España donde el mercado hipotecario es sólido. Pero… la crisis norteamericana más que de confianza ha sido de pánico y todos los mercados financieros internacionales han tenido que reaccionar con prontitud.

La economía está tan interrelacionada, tan globalizada, que una crisis en Estados Unidos o en Japón afecta profundamente a Europa y al revés. Por eso, los Bancos centrales han tenido que inyectar liquidez en el sistema financiero para evitar el efecto dominó, una caída en cascada de graves consecuencias. Además, esta última crisis ha cogido por sorpresa a todos, lo, sin duda, indica, que los mecanismos de alarma no funcionan.

¿Nos puede afectar a los españoles en nuestra vida diaria? En España, la subida permanente de los tipos de interés está poniendo al borde del abismo a los que tienen una hipoteca, la mayoría de los españoles. Además, nuestro poder adquisitivo, según otro informe europeo, se ha estancado, ha sido nulo, en el bienio 2005-2006, mientras que en la Europa de los 25 ha crecido un 4,3 por ciento. Además, nosotros entramos en campaña electoral y ese es un mal momento para hacer ajustes y tomar medidas de contención. Lo que se lleva es prometer y prometer. Y eso, seguro, supone más gasto. Si el Gobierno y los partidos no ayudan a la contención y los ciudadanos nos gastamos lo que no tenemos, cualquier resfríado de la economía mundial puede convertirse en una pulmonía para España.

Mientras las Bolsas siguen cayendo desde hace días, la confianza de los directivos de las grandes empresas internacionales para el tercer trimestre de 2007, medida por el Índice de Goldman Sachs, ha caido a su peor nivel de los cinco últimos años por la volatilidad de los mercados financieros y los desiguales datos económicos de Estados Unidos. No es un buen síntoma que los que están mejor informados pierdan la fe.