Según los ecologistas el futuro de nuestra sierra es mas negro que blanco

Redacción/27-04-07
El pasado fin de semana se dio por cerrada la temporada de esquí en el centro turístico Sierra de Béjar, más conocido como “ La Covatilla ”. El balance arrojado por la misma es, en palabras de sus gestores, de “mala”.Ecologistas en Acción Salamanca entiende que para la gestora “mala temporada” significa que no se están consiguiendo las cifras de esquiadores estimadas (que en la presente temporada oscila entre los 25 y 30 mil, dependiendo del medio consultado), que tan sólo por la falta coyuntural de nieve se ve amenazada la viabilidad del proyecto, ya de por sí maltrecha en puros términos económicos (por no hablar de medioambientales y, sobre todo, sociales).

Además, esta asociación ecologista entiende que ni un solo día de toda la temporada se han podido abrir todas las pistas, que la implantación de esta “salvación” para la comarca no se consolida, y que se ha de acudir, cada vez con más frecuencia, a subterfugios para explicarle a propios y extraños este asunto en términos positivos (a tal suena que tanto se resalte que se ha incrementado la rentabilidad por esquiador, por más que se relacione con los servicios ofrecidos).

Por contra, ha sido buena porque, siempre según la empresa gestora, hubo 88 altas laborales en el mes de febrero y la repercusión económica en la zona fue de algo más de tres millones con cien mil euros. Resulta curioso contrastar tales datos con, en esos mismos campos, los de, por ejemplo, la Base de Datos Municipales de Caja España que arroja una preocupante tendencia de despoblación y desempleo en la comarca, a lo que no hay más remedio que añadir la pérdida de importancia turística de la ciudad de Béjar en relación al conjunto de España, como viene recogiendo el Anuario Económico de La Caixa.

Pues bien, para Ecologistas en Acción Salamanca la temporada también ha sido “mala”. Como lo fue la anterior, y sus predecesoras. Y ello porque, yendo más allá de valoraciones coyunturales y pensando de manera estructural y hacia el futuro, hay motivos de preocupación.

En primer lugar, una alarmante falta de viabilidad en el proyecto: La entidad gestora del Centro Turístico Sierra de Béjar hizo público recientemente que dicho centro turístico genera pérdidas, ya que desde que la estación abrió en el año 2003 se “lleva (…) un déficit de un millón de euros” (Diario Digital Béjar Noticias, 22 de octubre de 2006). El coste de inversión que suponen las nuevas actuaciones contempladas en el tristemente archiconocido “Anteproyecto para el acondicionamiento de la estación de esquí “Sierra de Béjar”, podría incrementar ese déficit, sin que la rentabilidad de esas nuevas inversiones esté asegurada por los motivos que se exponen a continuación.

La nueva documentación del “Anteproyecto para el acondicionamiento de la estación de esquí “Sierra de Béjar, cuyo Estudio de Impacto Ambiental del Expte: E.I.A.-06-5-03 se halla en trámite, implicará, de facto, la ampliación del dominio esquiable con las actuaciones TSF4 Candelario y TK Candelario, lo que, en la práctica podría tener efectos económicos negativos y, por tanto perjudicar el interés social, para los habitantes del municipio de Béjar en tanto en cuanto, puede dar lugar a la concentración de la actividad económica en torno a un único sector económico con inciertas perspectivas de futuro y limitada competitividad, dado que la actividad del esquí se caracteriza por:

– Un fuerte grado de temporalidad, derivado del propio carácter invernal de la actividad.

– Un fuerte grado de incertidumbre, derivado de la dependencia de las precipitaciones en forma de nieve, hasta tal punto que la temporada de esquí puede llegar a acortarse notablemente

– Unas negativas perspectivas de futuro. Como señala la “Evaluación Preliminar de los Impactos en España por Efecto del Cambio Climático” del Ministerio de Medio Ambiente, “la irregularidad de la innivación y el acortamiento de la temporada por el retraso en la aparición del manto nival y el empeoramiento prematuro de su calidad en primavera, no garantizarán la rentabilidad de las inversiones endeterminados espacios geográficos”.

En segundo lugar, porque supone, como se puede deducir, una auténtica hipoteca para la comarca. A falta de un estudio detenido acerca del impacto del Centro Turístico Sierra de Béjar, parece preverse que los intereses futuros a pagar por la comarca y sus habitantes pueden ser devastadores en términos, sobre todo, socioeconómicos. Béjar y su comarca necesitan proyectos viables, acordes a su entorno, implicados en el verdadero desarrollo de la zona, no aventuras especulativas y agresivas al margen de habitantes, medio y legalidad.

Por último, no debemos olvidar el irreversible daño ambiental que se está causando en una zona de altísimo valor ecológico para Salamanca. Mucho daño está ya hecho, y con él deberemos convivir en adelante, pero estamos a tiempo de evitar la demolición, casi literalmente, de un área de riqueza y belleza incalculables. Puede que el futuro para la comarca esté más cerca de esta idea que de los telesillas, las cafeterías y el alquiler de esquís, si se culminara la protección con el Parque Natural de Candelario-Béjar.