Rajoy exige a Zapatero que muestre las actas del diálogo con ETA o convoque elecciones

El líder del PP da por ‘concluido’ el ‘lamentable’ gobierno de Zapatero
E.M/3-7-07
El propio Rajoy lo ha calificado, desde la tribuna del Congreso como el discurso «más doloroso» de su vida. Y lo cierto es que las palabras que ha dirigido al presidente del Gobierno han sido, con diferencia, las más duras de toda su carrera política. Salvo de ‘traicionar a los muertos’ —recriminación de dos años atrás—, Rajoy ha acusado a Zapatero de todas las deslealtades imaginables en relación con su negociación con ETA, en un compendio de la mentira y hasta de la mala fe.»Lo cierto es que no había ninguna posibilidad», le ha dicho en relación con el llamado proceso de paz. «No necesitaba usted explorar nada porque de sobra conocía el terreno. Desde el primer día que hablaron con ETA sabía que no pensaba rendirse y usted lo aceptó. Sabía que ETA reclamaba la alternativa KAS completa y usted dijo que se podía hablar. Sabía que ETA no pensaba ni dejar las armas ni disolverse sin conseguir sus objetivos políticos y usted lo aceptó».Discurso íntegro de Rajoy (92KB)

El líder del PP ha ido más lejos. «¿Quién le cree a usted que no ha negociado con ETA?», «¿Quién le cree que no negoció tras el atentado de Barajas?», «Ponga a disposición de los españoles las actas de su negociación con ETA porque se las van a sacar», le ha advertido. «O nos muestra usted las actas que muestren su inocencia o debe tomar el camino de la Zarzuela» para renunciar a su cargo y convocar elecciones anticipadas.

Rajoy, con el tono más enfático y grave de que fue capaz, lo ha resumido con estas palabras: «Nos mintió. No era usted quien exploraba a ETA. Era ETA quien estaba explorando hasta dónde podía llegar usted. No diga que cumplió con su deber al intentarlo y que es ETA quien se equivoca. No nos cuente que lo hizo desde la buena fe».

El clima del hemiciclo había alcanzado ya en ese momento una densidad sin precedentes cuando Rajoy, siguió adelante contra todo pronóstico político en su diatriba hacia Zapatero para acusarle de haber pactado con la organización terrorista a espaldas de los españoles. «Pactó con ETA-Batasuna que volverían a los ayuntamientos, pero que había que vestirlo para que no se notara. ¿Es eso buena fe?», fue la primera de una serie de preguntas cargadas de denuncia y basadas en cuanto se ha publicado en las últimas fechas en referencia a las actas de las reuniones.

«Pactó con ETA-Batasuna incluir en su declaración en el Congreso de los Diputados en el año 2006 la expresión ‘el derecho a decidir de los vascos’. ¿Es eso buena fe?», ha dicho Rajoy. Y aún le ha acusado a Zapatero de otros dos pactos expresos con ETA: «La excarcelación de De Juana Chaos, llamándolo gesto humanitario para que no se notara», y la «comedia» de «pedir permiso al Parlamento en 2005 para hablar con ETA». «¿Es esto buena fe?», ha insistido Rajoy.

«Estamos caminando sobre los escombros de su peor fracaso», ha aseverado Rajoy, quien ha calificado de «lamentable» la actuación del presidente del Gobierno en el proceso de negociación con ETA. El líder de la oposición ha acusado al jefe del Ejecutivo de «mentir», «de engañar a todo el mundo» y de «jugar con la ley». Asimismo, le ha exigido que se aleje de las «ambigüedades» y de «los trucos de palabras» para recuperar el consenso. En este punto, ha insistido que la unión de los demócratas sólo es útil si es para el «objetivo de que desaparezca ETA».

El futuro de Navarra
Los aplausos han aliviado de cierta manera la tensión del hemiciclo cuando Rajoy ha extendido al futuro de Navarra su explícita sospecha de que Zapatero sigue preso de sus pactos. Lo que ha dicho Rajoy es que lo que «allí está en juego» no es una simple «disputa de poder», sino «dos formas de entender España». Y en este sentido, ha retado directamente al presidente del Gobierno a elegir el pacto de Gobierno más contrario a los deseos expresados por la banda terrorista en el curso de sus conversaciones.

«Es usted quien decide. Está en juego si podrá usted o no volver a las andadas. Tiene dos posibilidades, pactar con unos para que ETA vea que usted deja abierta la puerta a futuras negociaciones; o pactar con UPN para que los terroristas sepan que usted rechaza cualquier posibilidad de entendimiento», ha afirmado el líder del PP.

El capítulo de ETA ha sido todavía mucho más extenso, pero el líder de la oposición ha puesto buen cuidado en posponerlo al final de su discurso para aprovechar la oportunidad de este último debate de la legislatura extendiendo su crítica a todas las áreas de Gobierno.

A diferencia de ocasiones anteriores, Rajoy no se ha cebado en la «ineficacia» del Ejecutivo o en su «lamentable» labor de gestión. Le ha criticado, claro, el «vacío» de reformas en la Economía o de la gestión en vivienda o en la inmigración. Y se ha mofado de la promesa hecha por la mañana sobre los 2.500 euros por hijo recordando que su partido ofreció 3.000 euros en la última campaña electoral.

Pero lo que le ha reprochado, sobre todo, ha sido haber generado la «discordia» y la «división» entre españoles. En el contexto de esta acusación, ha incluido los tres grandes «errores» de la legislatura. Primero, la memoria Histórica, segundo, el estatuto de Cataluña y, tercero sus referidos «apaños» con los terroristas.

Sobre las reformas territoriales, Rajoy ha acusado a Zapatero de haber «jugueteado con la estructura del Estado como un niño con un mecano» y de haber creído que «esto de España, el estado, la nación, la soberanía, son piezas discutibles y prescindibles que se pueden desmontar a capricho sin consecuencias».

Fiel a la tradición, Rajoy ha sido especialmente enfático en la Memoria como antagonista de la Transición. «Lo hicimos porque conservábamos la memoria. Lo hicimos porque nuestra memoria no nos gustaba. Lo hicimos porque rechazábamos que nuestra memoria fuera el carburante de un nuevo rencor», solemnizó ante una salva de aplausos.

Para concluir su intervención, Rajoy ha afirmado que Zapatero «no está en condiciones de defenderse con su palabra» y ha asegurado que lo único que interesa ya es «la fecha de las elecciones». «Su mandato no concluye en marzo, ha concluido ya. No sería mucho pedir que no incremente los problemas de los españoles. Deje que sean ellos quienes decidan si debe continuar», ha concluido.

En su segundo turno de palabra, Rajoy ha vuelto a insistir en la negociación del Gobierno con ETA. «El presidente del Gobierno no llora. Lo que tiene que hacer es gobernar y dar explicaciones de sus actos a los españoles sobre el asunto más importante de la legislatura», ha reiterado.