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Doble lenguaje |
Escrito por director |
domingo, 29 julio 2007 |
La reacción cortesana Rafael Torres Iñaki Anasagasti, hombre instruido, cortés y bondadoso, senador de la Nación y, tal vez, el mejor orador parlamentario que ha tenido el Congreso desde la restauración democrática, tiene un «blog» personal, y, como es lógico, en él se expresa con la desinhibición y la llaneza que en el uso de su cargo institucional no siempre puede, por cortesía precisamente. En ese «blog» tan interesante (Iñaki, al contrario que la mayoría de nuestros políticos, es un tipo interesante), su dueño ha vertido duras críticas a la Corona referidas a la opacidad de sus finanzas y al escaso control sobre sus gastos, se supone que tanto más onerosos por lo prolífero y prolífico de los miembros más jóvenes de la familia real, circunstancia que se acentúa en estas fechas en que disfrutan largas y rutilantes vacaciones, desde luego mucho más largas y mucho más rutilantes que las de la inmensa mayoría de los trabajadores españoles. Pues bien; la andanada de invectivas e imprecaciones que ha recibido el senador por cumplir con su deber, que no es otro que el de trabajar por el mejoramiento de la sociedad denunciando los abusos y las demasías que la afligen, pudiera inducir a pensar que el atropello a la libertad de expresión (esto es, a la libertad) sufrido por el semanario «El Jueves», no ha sido sino el primer jalón de una desatentada reacción monárquica, o cortesana, o borbónica, contra la creciente e imparable opinión republicana, o, sin más, contra todo cuanto ponga en cuestión el carácter intangible, libre de toda crítica y control, de la corona. Si fuera así, si ésta súbita beligerancia monarquista no se apaciguara (tal vez, en efecto, necesitan unas vacaciones), mal pintan las cosas. O bien, según se mire. |
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